sábado, 26 de noviembre de 2011

Bajo las sombras de la luna


Caminando bajo una luna sonriente
y acompañados de una apetitosa lluvia,
mi mano rozando la tuya,
nuestros corazones debajo de cada pecho,
el mío ralentizando y el tuyo acelerando,
opuestos equivalentes perfectos.


Hagamos de esta noche,
al caminar...una sola mano,
y de esos corazones,
al palpitar...un solo corazón,
un colosal latido único,
uno que resuene hasta en las noches más estridentes,
hasta en los días más sombríos,
incluso hasta en los ocasos más melancólicos
y sobretodo uno que retumbe en nuestros oídos
revelándonos que hay un desenlace,
pero también, un alba esperanzadora.


Aldo Ríos Flores.