Anécdotas médicas: Pase lo que
pase
El
año pasado mis compañeros y yo tuvimos la oportunidad de ver a un paciente cuyo
caso era una cirrosis, tenía como un día de hospitalizado debido a una descompensación
de su enfermedad, para saber de su estado y conocer más acerca de la historia
de su patología era necesario preguntarle a él, pero ya que no se encontraba
físicamente dispuesto a ayudarnos el siguiente paso es preguntar a sus familiares,
solo nos daban referencia de su hija que venía a verlo algunas veces, el resto
del tiempo se quedaba solo y sentado en su silla de ruedas. En esos momentos
puedes cuestionar y preguntarte todo lo que quieras sobre qué clase de hijos o
familia tenía este señor, pero no debes ni cuestionar ni juzgar o inferir
acerca de esto, para todo hay una razón (justificable o no).
Después
de algún par de horas, su hija llegó, conversamos con ella, cómo no es de
sorprenderse en esta carrera algunas veces o muchas veces, las personas querrán
contarte incluso hasta cosas no relacionadas al campo médico, mi consejo es que
escuches, no porque debes sino porque quieres, todos desean hacer catarsis y
sobretodo ser escuchados (y eso muchas veces alivia más que un analgésico). El
problema a todo era que tanto la hija como la esposa y familia guardaban cierto
rencor hacia su padre, por errores que él muy consciente cometió y cometía
todavía, lo que hicieron fue cada uno seguir con su vida, y al parecer el señor
así lo hizo, sé que no va al tema pero dicen que si una pareja se separa
siempre es el hombre el que consigue más rápido a otra persona, lo curioso es
que esta persona se mantuvo siempre al lado de este señor, excepto hasta que un
día fue diagnosticado de esta enfermedad y tan simple como llegó a su vida,
desapareció.
No
importando toda la historia pasada y los hechos ocurridos, la hija todavía se
preocupaba y seguía velando a su manera por su padre, quizás solo ella y las
cosas que nos contó a nosotros hacían que salvarlo de su conducta sea muy
difícil, y quizás también los hijos no deberían pagar por los pecados de los
padres, pero estas cosas me hacen confirmar y recordar lo que mi madre me
enseñó y enseña, uno nunca se rinde con la familia, uno nunca abandona a la
familia, no importa que tan lejos del buen camino o que tan difícil se torne
salvarlos, uno nunca se rinde con la familia. Doy gracias por siempre haberlo
sabido y pido por quiénes lo saben y continúan.
AldoRF