sábado, 15 de octubre de 2011

La luna y Tú


La luna y Tú



Sobre un inagotable fino manto negruzco
salpicado de dorados y exorbitantes luceros,
reposa una apacible doncella de pálido rostro,
esparciendo su luz a todo el cosmos.


Única en su género, semejante en su forma,
solitaria y acompañada, luz y sombra,
antigua y moderna, cálida y fría,
ilusión y desesperanza, salvación y perdición.


Le dedica sus destellos a la humanidad,
despojada del brillo del astro rey,
y con sus compañeras las estrellas,
nos recuerdan que somos parte del todo y nada.


*


Y allí, está ella, con su magnífico semblante,
su tostada piel de rojo atardecer
y su poderosa incandescencia,
irradiando encanto y fascinación.


Es la Musa de mis dones,
dueña de mis pensamientos,
ladrona de mis sueños
y anhelo de mis días.


¿Es qué acaso queda algún lugar,
o rincón de mi alma dónde no estés?
No, ya estás en toda mi esencia,
la inundo contigo a diario.


**


Cada noche la luna,
me expande los segundos,
me alarga los minutos
y me prolonga las horas.


Por eso, noche tras noche,
atesoro las ofrendas de la luna,
concentrando mi devoción
en la fuente de mi inspiración,
Tú.


Y sé que cuando la luna,
se olvide de mí,
al colapsar con el sol,
siempre estarás,
Tú.


Porque Tú,
eres lo mejor de la noche,
lo mejor de la luna,
y lo mejor de mis días.


Aldo Ríos Flores

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