De
niños nos enseñan que la vida es una carrera y lucha constante contra todo y
todos, contra el tiempo, contra la enfermedad, contra la muerte; es decir nos
enseñan a temerle a lo inevitable, a lo natural, al contrario deben enseñarnos
a luchar contra el pesimismo, contra la injusticia, contra el odio, todo lo que
se vence con una fuerte voluntad y un gran espíritu para seguir adelante.
Incluso
algunos padres inculcan una pronunciada competitividad en sus hijos,
diciéndoles que tienen que ‘ser mejor que todos’, no critico ni digo que esto
esté mal, pues todos los padres tienen muchas expectativas, pero los niños
interpretan todo tal como se les dice y eso en mi experiencia puede volver a
algunos un tanto egoístas, arrogantes e incluso soberbios.
Comprendí
que a la única persona a la que tengo que ganarle es al ‘Yo de ayer’, ese ‘Yo’
que quizás cometió algún error o equivocación, ese ‘Yo’ que tuvo éxito u obtuvo
un mérito, sacarle todo el provecho a ese ‘Yo’ para aprender de lo vivido, mejorar
lo ya logrado y pulir el ‘Yo’ de hoy en todo lo posible, para sacar todo su
potencial. Lo importante es ser cada día un poco mejor que ayer, ya que este día nunca regresa, el mañana, siempre lo
digo, es una ilusión, el único día que existe en realidad es el “Hoy”.
Personalmente
a mí me decían y dicen desde mi primer día de jardín: “Hijo, sé el mejor”, y yo
me lo he tomado muy en serio, pero ya poco a poco me di cuenta, que no solo se
referían al aspecto académico, sino que ellos querían y quieren que sea el
mejor integralmente, que tenga éxito en cada aspecto o dimensión de mi persona.
Esta
continua carrera contra mí mismo, es fascinante, ahora que estoy concentrado en
solo ganarme a mí, conozco mis propios límites y cuando llego a ellos,
encuentro la manera de superarlos de nuevo, me exijo al máximo para que mis
virtudes y debilidades afloren, para engrandecer las primeras y fortalecer las
segundas. Además confieso que siempre entre dos opciones elegiré la más
difícil, lo fácil es muy aburrido, infravaloramos lo que obtenemos sin esfuerzo,
cuando consigues algo que te costó bastante, sabes que lo que pasaste para
conseguirlo, valió mucha la pena, y por eso las cosas conseguidas así, se
valoran más. Y siempre recordar que las cosas más importantes de la vida, no
son cosas, sino personas.
Antes
me molestaba que me subestimen, pero ahora sé muy bien, que me encanta que lo
hagan, haciendo eso me dan la gran oportunidad de sorprenderlos, de
demostrarles que si me dicen que “No puedo hacer algo”, lo podré hacer y mucho
mejor de lo que imaginan, me podrán decir que es lo que puedo hacer en
diferentes circunstancias porque estamos sometidos a reglas, pero jamás piensen
que pueden decirme que ‘No puedo hacer’. Nunca le digo ‘No’ a un desafío o
reto, mientras este no atente a mi dignidad o mis principios o al de otros. No
le temo a nada. Es genial esa sensación de obtener un logro, yendo contra toda
probabilidad de éxito, causas un milagro, uno personal pero lo causas, nadie se
conoce mejor que cada uno así que no dejen que los demás intenten adivinar
quiénes son.
Quizás
muchas de estas cosas no suenen muy atractivas, respecto a lo que muchos
piensan de lo que es “vivir”, pero al menos vivo la libertad en uno de sus
estados más puros: Soy el dueño de mi propio destino, y
soy quien quiero ser, Yo mismo.
3 comentarios:
muy bueno, siempre uno mismo retándose proponiéndose metas para saber cuan alto podemos llegar con nuestro esfuerzo.
Nada sobre esta tierra puede detener al hombre que posee la correcta actitud mental para lograr su meta.Incluso si el mundo entero te abandona, tienes la capacidad suficiente, porque siempre te tendrás a tí mismo!
excelente post;)
Muy bueno, es cierto el unico obstáculo es uno mismo
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