Rompecabezas
Si
quieres entregar el corazón, te dicen que lo entregues todo, y con eso muchos
se refieren a entero, tomando en cuenta que ya algunos lo tenemos roto, hecho
pedazos, en picadillo, nadie lo va a querer, nos lo devolverán, como ya seguramente
lo habrán hecho. Pero déjenme decirles algo, hay personas fuera de lo común,
aceptan corazones rotos y hasta se dice que los arreglan, cuando los cruzamos
solemos cometer un error: guardamos ciertos pedacitos por miedo a algo o qué sé
yo otra razón, siendo así nadie puede arreglar, armar o pegar algo si no están
todas las piezas ¿cierto? Entonces vienen los problemas, ellos piensan que ya
nos arreglaron (como si hubiese algo que arreglar, ese es su error, piensan que
eres algo que pueden arreglar).
Todavía
no he terminado, déjenme decirles algo más, existen incluso otras personas,
unas excepcionales, ellos no solo aceptan corazones rotos, saben que quizá o
definitivamente no se pueden arreglar, pero quieren que los pedazos estén lo
más juntos posibles, así que si les das algunos pedazos, tarde o temprano lo
notarán, ellos no se alejarán de ti y no se rendirán hasta obtener todas las
piezas, porque saben; lo saben créanme, que esas piezas no las van a conseguir
así de fácil, no porque nos hagamos los difíciles, o porque no las merezcan,
sino que recuerdan, recuerdan bien que estamos rotos. Aquí viene lo curioso… en
su mayoría (siendo por cierto muy escasos) son personas con corazones rotos,
hechos pedazos, en picadillo o ‘defectuosos’, seguramente alguien tuvo que
empezar con esto, o simplemente juntaron sus partes, para no permitir que le
vuelva a pasar a alguien más. Nunca más.
Así
que, si quieres entregar el corazón, te digo que lo entregues todo, no entero
pero sí, completo. Y si conoces a personas así, dáselos a ellos, y nunca los
dejes ir. Cuídales el corazón también.
Regresando
a lo anticuado.
Aldo Ríos Flores