viernes, 30 de diciembre de 2011

En el refugio del misterio


Guardo todos tus detalles
en los rincones más soleados
y esquinas más radiantes
del escondrijo de mi alma.


Ahí están tus palabras,
besando mis oídos
en cada gota de memoria
que se aloja en mis recuerdos.


Están también tus caricias,
estrechando mi pecho
contra tu intenso y apasionado
corazón desbordante.


Están además tus besos,
resonando en cada porción de tiempo
a lo largo de mis días
recordándome este idilio.


Allí también custodio,
la imperecedera miscelánea
de emociones
que mi cuerpo y espíritu
sienten con tu vasta presencia.


Y estás también Tú,
invocada como ente fascinante
en los ocasos que nos vemos
e incluso en los crepúsculos
en los que te extraño.


Pero sobretodo está allí escondido,
todo el amor que te he dado,
y él que aún no se muestra,
se mantiene oculto y gigante
para renacer, la próxima vez
que mis ojos deleiten
sintiendo tu sonrisa
y mirada enternecedora
que tanto enciende mi corazón.


Para Amapola Negra.

Aldo Ríos Flores.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Bajo las sombras de la luna


Caminando bajo una luna sonriente
y acompañados de una apetitosa lluvia,
mi mano rozando la tuya,
nuestros corazones debajo de cada pecho,
el mío ralentizando y el tuyo acelerando,
opuestos equivalentes perfectos.


Hagamos de esta noche,
al caminar...una sola mano,
y de esos corazones,
al palpitar...un solo corazón,
un colosal latido único,
uno que resuene hasta en las noches más estridentes,
hasta en los días más sombríos,
incluso hasta en los ocasos más melancólicos
y sobretodo uno que retumbe en nuestros oídos
revelándonos que hay un desenlace,
pero también, un alba esperanzadora.


Aldo Ríos Flores.

domingo, 30 de octubre de 2011

Son solo palabras


Si deseas plasmar tu pensamiento sobre una hoja de papel, pero a la vez no lo deseas con mucha fuerza. Y si deseas no impregnar lo que sentías cuando pensabas escribir algo, ¿qué es lo que te mueve? ¿Obligación, locura, ociosidad, miedo? Al terminar o a mitad de papel, te das cuenta que al final sucumbiste a tu deseo de hacerlo, pero todo lo que lees no tiene sentido, son un montón de palabras bien o mal ordenadas, que pusiste ahí para quizá recordarte algo o quizá hacerte olvidar que recuerdes algo. Sigues, sigues y sigues juntando palabras, oraciones sin sentido, el único sentido que tienen es quizá que existen como palabras o que intentan decir algo o tienen un fin especial, te pierdes de nuevo en lo que escribes y comienzas de nuevo en el sentido del sin sentido de tu párrafo.


Pasas a otro párrafo y ¿qué encuentras? Nada, sigues aún juntando palabras, pero ahora ya sabes que quieres, quieres encontrar el más mínimo sentido a todas estas, creo que el ejercicio funciona, ¡porqué no lo pensé antes!, vas aprendiendo algo nuevo, practicas el redactar, piensas en algo, te olvidas por qué empezaste con todo esto, lo recuerdas por unos instantes, luego crees que no es imp... y comienzas a borrar algunas palabras, te das cuenta que solo escribes lo que se te viene a la mente, y es un tanto divertido, predecible pero impredecible, constante pero paradójico, y otras metáforas más que ya dejé de pensar.


Al parecer me han bastado dos párrafos para entender que el único y final sentido de toda esta redacción es la de mostrar el sin sentido de cosas que ignoramos y sabemos, ¡ah, sí! ya sé que me movió a escribir, incluso cuando pensaba que sí quería cuando en realidad no lo deseaba con todas mis fuerzas, pues era, la voluntad en toda su forma, como no la había sentido en tiempo, será gracioso y hasta increíble, pero no escuchaba esa palabra en mucho tiempo en realidad, ni recordaba lo que significaba en su totalidad, pero la he sentido en todas sus dimensiones. Había olvidado que tan cercana era a la esperanza, quizá me hacía falta recordar esto, recordar a las dos grandes virtudes del ser humano para superar cualquier obstáculo que amenace conseguir su felicidad: la voluntad y la esperanza.


Bueno en realidad son tres, creo firme y convincentemente que no hará falta mencionarla en esta ocasión, está en todos lados así que será fácil darse cuenta, además hoy en día, lo infra y sobrevaloran demasiado, le restan y suman trascendencia, sin darse cuenta que es un ente tan complejo pero tan simple a la vez. ¡De nuevo! me desvíe del tema, dije que no hablaría de este último, y lo hice pero bueno, no lo mencioné, solo lo describí, con mi opinión. Punto final.

No lo sé


¿Qué haces, cuándo la misma existencia te quema por dentro?
¿Cuándo lo que podía extinguir esa llama, logra paradójicamente enardecerla y a su paso carcome toda la médula en esencia?

¿Qué haces, sí la existencia misma te provoca una conmoción, tan tormentosa que estremece hasta el más imperceptible fondo de tu alma?
¿Cuándo al final todo lo que creías tener, parece desaparecer ante tus ojos, pero volteas a mirar y siguen ahí?

¿Qué haces, cuándo piensas que todo lo que estás creyendo pasar, no es obra tuya sino obra de algo superior, encantado con la idea de tu sufrimiento?
¿Cuándo te repites a diario que nada es imposible, pero en lo más recóndito de la razón sabes que siempre habrá algo que si lo es?

¿Qué haces cuando no puedes adormecer la tempestad que poco a poco te va ahogando, mientras tú crees que sigues en la superficie, bajo el sol y la luna?
¿Cuándo sabes y afirmas que todo el origen de esto, es un gran y vacío agujero, que no puede ser rellenado con nada, porque sabes que cuándo lo intentaste, consumió todo sin perdonar?

sábado, 15 de octubre de 2011

La luna y Tú


La luna y Tú



Sobre un inagotable fino manto negruzco
salpicado de dorados y exorbitantes luceros,
reposa una apacible doncella de pálido rostro,
esparciendo su luz a todo el cosmos.


Única en su género, semejante en su forma,
solitaria y acompañada, luz y sombra,
antigua y moderna, cálida y fría,
ilusión y desesperanza, salvación y perdición.


Le dedica sus destellos a la humanidad,
despojada del brillo del astro rey,
y con sus compañeras las estrellas,
nos recuerdan que somos parte del todo y nada.


*


Y allí, está ella, con su magnífico semblante,
su tostada piel de rojo atardecer
y su poderosa incandescencia,
irradiando encanto y fascinación.


Es la Musa de mis dones,
dueña de mis pensamientos,
ladrona de mis sueños
y anhelo de mis días.


¿Es qué acaso queda algún lugar,
o rincón de mi alma dónde no estés?
No, ya estás en toda mi esencia,
la inundo contigo a diario.


**


Cada noche la luna,
me expande los segundos,
me alarga los minutos
y me prolonga las horas.


Por eso, noche tras noche,
atesoro las ofrendas de la luna,
concentrando mi devoción
en la fuente de mi inspiración,
Tú.


Y sé que cuando la luna,
se olvide de mí,
al colapsar con el sol,
siempre estarás,
Tú.


Porque Tú,
eres lo mejor de la noche,
lo mejor de la luna,
y lo mejor de mis días.


Aldo Ríos Flores

jueves, 15 de septiembre de 2011

Al final de todo


Hoy pasado el mediodía, tomé el colectivo de Bolognesi rumbo a la universidad, ese día no me imaginé toparme con el conductor del auto totalmente malhumorado, yo estaba muy tranquilo ese día, además no le respondo a mis mayores por educación, bueno quien sabe si hubiese tenido otra reacción si me encontraba de muy mal humor también (probablemente no, pienso que tendría sus motivos para estar así), le pregunto al señor si tenía cambio de 20 soles, me mira a través del retrovisor algo enojado- me sorprendió e intimidó su rostro- y me responde: "No tengo, bájate". Eso me sorprendió aún más, no podía hacerle caso, tenía que llegar a mi clase de la 1 (y eran exactamente las 12.40), por otra vía y transporte me demoraría demasiado. El señor concluyó su frase, quizás al verme tan anonadado, me dijo: "bájate, apúrate, está en rojo, ve y cambia en una tienda o te quedas". Le respondí: "señor pero no se preocupe, yo bajo en la universidad, podré cambiar en la tienda de la esquina", con un tono más grave y despojado de paciencia o comprensión respondió: "no no no, entonces bájate, la gente quiere llegar rápido a su casa, ¡vienen aquí a querer cambiar porqué no lo hacen en su casa!". Maldición no quería que el señor me siga gritando, lo aceptaría si lo hiciese con fundamento, pero no lo iba a soportar más, me importaba poco llegar tarde ya. Es en ese momento donde la señora a mi lado me dice en tono bajo:

- tranquilo, yo te pago el pasaje.
- no se preocupe señora, cambiaré por ahí ya.
- el señor es un cascarrabias, seguro está molesto y se está desfogando.
- bueno igual no se moleste, veré si tengo sencillo...sí, pero solo tengo 90 céntimos, ¿podría por favor prestarme 10 céntimos?
- ah ya no te preocupes, creo si tengo...si justo, toma.
- gracias.

La señora, y otra sentada a su izquierda, siguieron hablando de sus cosas, hasta cuando más tarde 10 minutos antes de llegar a la universidad, me pregunta:

- ¿estudias ahí?
- sí señora.
- ah que bueno ah. ¿A qué hora es tu clase?, son 5 para la 1.
- Aún tengo tiempo señora, mi clase es la 1.3o (le mentí porque no quería quedar como tardón, lo sé no debí, igual estaba a tiempo).
- ah entonces tienes mucho tiempo, ¿almorzarás o ya en tu casa almorzaste?
- sí, almorcé en mi casa antes de tomar el colectivo.
- que bueno, no debes dejar de comer. ¿y qué carrera estudias?
- estudio Medicina.
- ah que bueno, si se te ve cara de chico estudioso (jajaja ¿por qué siempre me dicen eso?).
- muy bien joven, lo felicito, mis respetos por seguir esa carrera. (no me gusta que me feliciten tanto, si aún no hago nada, aún no termino la carrera, aún estoy empezando, me falta mucho).
- gracias señora.
- ¿y qué especialidad le gustaría seguir?
- me inclino más por Cardiología.
- ah del corazón, que bueno joven que bueno. Hay muchos que se enferman del corazón cada vez más. Entonces espero, que cuando termine, llegar a su consultorio y me atienda pues.

Sonreí, y ambas señoras también reían. Cuando inició la conversación, la otra señora también escuchaba atenta lo que decíamos.
Le dije:
- claro señora.

Ahí termina mi conversación con esta señora muy amable, me recordaba a cualquiera de mis dos abuelitas. Ella bajo del colectivo en la residencial, al bajar le volví a decir: "gracias señora, en serio disculpe la molestia" y me respondió: "no te preocupes hijo, a cualquiera le puede pasar, estudia y éxitos".

A todo esto quiero decir que me alegra que aún existan personas dispuestas a ser solidarias con otras a quienes no conocen, y que necesitan, sea significante o no, alguna ayuda. Gracias señora por este recordatorio, es una lección que me gustó saber de nuevo. La espero en mi consultorio algún día, espero que me recuerde porque yo si lo haré.


Aldo Ríos Flores

domingo, 4 de septiembre de 2011

Huérfano de nombre por naturaleza


Y de repente se me antojan unas olas y un buen vino,

algo de chocolate y en seguida su boca,

un poco de calor a plena luna

mucha arena jugando en sus dedos,

y unos ojos para nuestros corazones desnudos.



Luego cuando el límite de mar y cielo,

se pierden en su mirada,

oigo resonar su latente corazón en mi espalda,

donde su aliento opaca a la suave brisa,

mi mente deja la cálida arena,

y se pierde en un sinfín de dimensiones.



Autores: Amapola y Octavio